Esta edición de las 24 Horas de Le Mans, pasará a la historia como la segunda joya en la corona de Fernando Alonso. El asturiano, junto a SébastienBuemi y Kazuki Nakajima han sido los vencedores de la tan prestigiosa prueba.

“Creo que ganar Le Mans es cercano a ganar un Mundial, porque la carrera es muy icónica, muy prestigiosa. Gano cuando puedo y, cuando no, lo intento, pero lo que nunca hago es rendirme. Estoy satisfecho y seguramente sea una de las victorias más importantes de mi vida”, comentaba Fernando después de subirse al podio en La Sarthe.

“Es una sensación única. Ahora quizá esté aún en shock, porque estábamos muy concentrados en la carrera viendo las últimas vueltas. Fueron 24 horas muy intensas en la que los dos coches estuvieron en un minuto durante gran parte de la carrera. Estoy intentando disfrutar de cada segundo. Mañana será momento de darnos cuenta”.

Sobre lo que significa para el automovilismo español, lo ha querido calificar como ‘histórico’, después de ser el segundo compatriota en ganar en LMP1 (cabe mencionar que su amigo Antonio García lo fue en la categoría GT en 2008).

Seguramente es un día importante, quizá histórico. Después de la victoria de Marc Gené en la categoría absoluta y de Antonio García en los GT, volver a tener la bandera de España en el podio es importante. Para mí en particular, unirme a esta aventura o a las 500 Millas de Indianápolis en 2017, correr estas carreras históricas y poder ser competitivo junto a los pilotos que son especialistas de estas modalidades, es algo que me hace sentir muy orgulloso. Intento exprimir la adaptación que tengo a todos los coches”.

Sobre los halagos que se ha llevado por su conducción durante la noche, el asturiano se ha querido quitar mérito y hacer una labor muy grade de equipo: “Me siento orgulloso del trabajo hecho, de la preparación que hicimos, de llegar a un nuevo campeonato y que sea competitivo desde el primer día. Es un equipo de seis o siete pilotos que vamos a Aragón o Portimao, que hacemos test de 36 horas, que comemos juntos, que jugamos a la Play juntos. El trabajo es de todos. Que ganase el coche 7 o el 8 era una casualidad de quién eligiera la carrera”.

“Llegamos a la noche un poco en depresión. Perdíamos minutos. De repente empezamos a ganarlos y el que viene luego coge moral. En las carreras de resistencia hay la peculiaridad de que el que va delante no arriesga nada. Cuando tienes dos minutos, no atacas tanto los pianos, eres más cauto. Pero el que va detrás siempre ataca. Por eso nunca hay un coche que se escape”, resalta.

La clave de su buen stint nocturno fueron las bajas temperaturas. Según Fernando, “suele calentar un poco más los neumáticos que los demás”, algo que cuando hace calor sufre, pero que cuando las temperaturas son más bajas, se convierte en una ventaja.

2 DE 3 PARA LA TRIPLE CORONA

Con esta victoria, a Fernando sólo le quedaría por ganar las 500 Millas de Indianápolis para ganar la llamada Triple Corona del automovilismo, solo conseguida por Graham Hill, hace algunas décadas.

“Es cierto que, cuando ya tienes Le Mans y sólo te falta una, te llama un poco más. Después de Le Mans, Indianápolis entra en juego como una prioridad superior. Veremos si es el año que viene o en los siguientes, y también cuál es el futuro de la Fórmula 1”, comenta el bicampeón de Fórmula 1.

Ganar la Triple Corona todavía es un objetivo muy atractivo. Después del verano tengo que pensar qué puedo hacer, pero hoy no quiero pensar ni hablar de ello, porque no disfrutaría de este momento”.

Si buscas en cualquier sitio cuáles son las grandes citas del automovilismo, verás que son las 24 Horas de Le Mans, Indianápolis, el Rally de Montecarlo… Como piloto, supone muchísimo conseguir ganar esas citas. La Triple Corona sigue siendo un objetivo muy atractivo porque sólo un hombre lo ha hecho. Yo también estoy intentando ganar el Mundial de Resistencia. También tengo el de Fórmula 1. Sería una Triple Corona más triple”, bromea para finalizar Fernando.

 

Imagen: cadenaser