Fue en septiembre del año pasado, cuando en pleno gran premio de Singapur, la Fórmula 1, dinamitó. En unas pocas horas se rompieron todos los esquemas y se hicieron oficiales los rumores que azotaban al paddock desde hace meses. McLaren anunció su ruptura con Honda, que pasaría a motorizar a Toro Rosso.

Esto parecía, en boca de muchos, la perdición del equipo de Faenza. Los italianos no estaban teniendo el final de temporada que querían y perdieron a Sainz, todo esto sumado al pobre motor japonés auguraba un 2018 de calvario para los ‘hermanos pequeños’ de Red Bull.

Pero la realidad de momento está siendo otra. En la primera semana de test, estos han sido el equipo que más kilometraje han acumulado, y sin rastros de los fallos de otros años con McLaren. Esto podría provocar que para 2019, el motor Honda propulsara también al primer equipo, a Red Bull, como muchos rumores apuntaban.

“Lo que Red Bull haga es su decisión, pero si podemos compartir proveedor de motor, sería realmente genial. Sería una oportunidad de trabajar juntos en ciertos aspectos, lo cual sería bueno para ambos equipos”, comenta James Key, ingeniero de Toro Rosso y uno de los pilares fundamentales del STR13.

Y es que esta noticia sería, a priori, muy buena para ambas organizaciones, porque con dos equipos, los datos recopilados y los conocimientos son el doble. Algo idóneo para un motor menos desarrollado que el resto.

Key también dice que, aunque desde Milton Keynes firmen un acuerdo con Honda, este será totalmente independiente al que tienen ellos en vigor: “Tendríamos un acuerdo diferente al que Red Bull tenga con Honda. No sería un contrato combinado. Nosotros, en Toro Rosso, tenemos un acuerdo por tres años. Si Red Bull se viene también, sería un añadido para nosotros simplemente”.

 

Foto: F1