El joven germano admitía en recientes declaraciones que no tuvo problemas gestionando el cargado fin de semana que vivió en Baréin.

El campeón de la F3 europea aterrizaba el pasado fin de semana en la Fórmula 2. Pero las labores de Mick Schumacher en Shakir no se limitaron a sus dos carreras, en las cuales el piloto se encontró cómodo y peleó en la lucha por los puntos. Además, Mick viajaba a Baréin sabiendo que cerraría la semana pilotando dos coches de Fórmula 1: el Ferrari y el Alfa Romeo Sauber.

No me ha resultado complicado gestionar las carreras de Fórmula 2 y los test de Fórmula 1 en el mismo fin de semana”, resumía el alemán en declaraciones recogidas por Crash.net.

Con motivo de los test organizados por Pirelli, el hijo de la leyenda ferrarista se subía el pasado día 2 al SF90H y al C38. Esto era tras finalizar 8º en la carrera del sábado de F2, y 6º en la del domingo.

“Desde el principio estaba totalmente centrado en la F2. Después de la segunda carrera ya tuve tiempo de pensar en los test”.

“Estoy muy contento conmigo mismo, y me quedé muy satisfecho por cómo me salió el fin de semana. Lo conseguí, y lo hice muy bien. Fue muy positivo, y una semana muy buena”, admitía orgulloso Mick.

Decidido y centrado en sus objetivos, así se muestra una joven perla que no se dejó distraer por sus actividades durante los test de Pirelli, y se centró en las pruebas de su nuevo campeonato para firmar un buen debut. Además, el germano espera poder asimilar y emplear lo vivido también al volante del Fórmula 2 de Prema Powerteam. Su próxima oportunidad será en el Gran Premio de Azerbaiyán, a partir del 26 de abril.

“La Fórmula 1 es muy compleja. Hay muchas formas distintas de entender cómo funciona bien un coche –explicaba Schumacher-. Hablar con los ingenieros me ha ayudado mucho. Creo que he aprendido muchas cosas que también podré usar en la Fórmula 2”, concluía Mick.

 

Autor del artículo: Alejandro Valencia/@alexwhiteflag

Imagen: Alfa Romeo