La situación del equipo Mclaren Honda resulta insostenible en cuanto a resultados deportivos se refiere. En esta temporada 2017 sus pilotos no pueden finalizar carreras, y cuando se alinean los astros ven la bandera a cuadros lejos de la zona de puntos. Con reconocimiento del máximo mandatario del proyecto Honda, Yusuke Hasegawa, sobre el MGU -H y su vida útil de un par de carreras. En el tercer año del binomio, todo se agrava ya que no se ha completado con éxito la transición a otro período ni parece haberse aprovechado el cambio de normativa. Si en 2016 se dio un paso adelante respecto a 2015, en 2017 se ha producido un gran retroceso.

Con la mecha encendida desde los test de pretemporada, llevamos meses en los que se suceden informaciones acerca de un divorcio entre ambos fabricantes. Una separación que los medios británico ven más inminente de lo que parece, tanto es así que el Daily Mail avanza que tras el parón veraniego Mclaren anunciará un nuevo suministrador de motores, el cual con mucha probabilidad sea Mercedes. Los de Brackley darían soporte a un equipo más ya que la desaparición de Manor permite ocupar el lugar de éstos.

Eddie Jordan igualmente echó gasolina al fuego. Comentó para Auto Bild que Mercedes dejaría de ser equipo de F1 en 2020, quedándose como proveedor de unidades de potencia. Un rol parecido al desempeñado hasta 2010, cuando la adquisición de la exitosa Brawn GP se hizo efectiva. A su vez ésta procedía de los restos de Honda, pura coincidencia. Las palabras de Jordan se relacionan con todo esto por el mero de hecho de la reducción de desembolso económico por parte de Mercedes al dejar sus bártulos en Brackley, con ello el soporte a sus clientes se haría más efectivo y eficiente.

Honda es mucho más que un suministrador de motores y Mclaren algo más que un cliente. Su alianza es algo especial, los japoneses vinieron a echar una mano a un histórico en claro descenso. Los de Sakura aportan grandes cantidades cada temporada, salarios de los pilotos aparte de beneficiarse ambos en aspectos tecnológicos y de investigación. A falta de patrocinadores principales, Honda suple esas carencias aunque añadiendo otras. Éstas que han ahondado su crisis hasta este punto.

Un divorcio que saldría bastante caro para Mclaren. Pasar a ser cliente implicaría a pagar católicamente cada temporada alrededor de una decena de millón al nuevo suministrador, cargar con la totalidad del sueldo de los piloto y sin olvidar los virtuales costes de romper el vínculo contractual. Parece demasiado para un equipo con las cuentas algo flacas, es por ello por lo que Zak Brown hacía hincapié en la necesidad de encontrar un patrocinador principal para 2018. No estar tan sujetos a Honda puede ser el objetivo.

Es totalmente desconocido todo aquello que pueda hacer Honda en un futuro próximo. De momento Mclaren dejará tener exclusividad en sus unidades de potencia, ya que Sauber las equipará también en 2018. Pero, ¿y Mclaren? ¿Seguirán de la mano con Honda? Tanto Eric Boullier como Zak Brown afirman que sí, y todo son sonrisas. Un poco forzadas ciertamente aunque intención tienen. Gesto más torcido cuando se reproducen fallos de fiabilidad, ahí es cuando les hace dubitar.

 

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: Clutchd