Feliz día del trabajador, antes de nada, siempre es importante reconocer a todos aquellos que día a día luchan y se esfuerzan por ser mejores y por alcanzar sus metas, sin duda, algo encomiable.

Permítanme, en el marco de la osadía que ya me acompaña, que rebauticemos juntos este día, que a parte del día del trabajador sea el Dia del Campeón, de la leyenda, del mito…día en el que perdimos a alta velocidad al que estaba llamado a ser el piloto más laureado de la historia, y, yo les seré sinceros, yo no lo pude ver en directo, porque nací más tarde, pero, si alguien deja un legado que se proyecta a lo eterno dejándonos tan pronto, que hubiera sido de dicho legado si la vida no nos lo hubiera arrebatado. Gracias Ayrton, por tanto

Sonrisa rampante, espíritu imperecedero, valiente en la victoria y señor en la derrota; sin duda un derroche poético en el que podría estar sumido días y días sin parar, y desde luego que sería insuficiente para explicar y hacer sentir lo que un Senna puede significar para la F1, y más cuando su ausencia ha marcado más que cualquier herida que nos ha deparado este deporte. Hoy hace 24 años que te perdimos, pero es increíble afirmar que no te olvidamos pese no haber podido conocerte, hasta ahí llega la magnitud deportiva y humana de un supercampéon que espero, que esté donde esté siga regalando la magia que dejó al mundo en los 80-90.

Su ausencia, junto a la de Roland Ratzenberg¸ otro angel caído que no olvidamos, hicieron que el negro fin de semana de Imola 1994 haya impulsado una F1 más segura, un deporte que sigue al límite del riesgo pero sin exponer la vida de los pilotos a tal magnitud. Mi breve homenaje al super campeón que vimos, pero que también nos perdimos, con la fiel esperanza de que, allá donde esté, siga regalando magia y adrenalina a los afortunados que puedan disfrutarlo.

Mientras tanto quienes permanecen en el deporte solo pedirles que jamás olviden a tantos que han perecido, y que con su sacrificio contribuyen a una F1 que cada día se aleja más del deporte peligroso del que nació, pero sin duda, ningún cambio material puede o podrá reparar tanta pérdida humana, por eso, hoy y siempre.

Gracias Ayrton, por todo.

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