El potencial del MCL33 ha podido ser visto en la carrera inaugural en Albert Park. Mostró fiabilidad a pesar de los malos augurios infundados por unos test con demasiados altibajos para un equipo que necesitaba más que nunca un rodaje continuo. El cambio de diseño en la parte trasera del chasis con motivo de la recepción de la unidad de Renault, tuvo su consecuencia con rebeldías de juventud. En Barcelona las altas temperaturas en el área de los escapes llegaba a quemar la tapa motor, por ende se tomaron medidas improvisadas ante la imposibilidad de implantar una solución definitiva para la primera carrera:

 “Es una de las razones por las que no estamos donde deberíamos en un mundo ideal. Sobrepasamos los límites, subestimamos la integración del motor Renault y la energía necesaria para ello, por lo que no estábamos suficientemente preparados cuando llegamos a Barcelona. Eso nos ha ocurrido hasta llegar a Melbourne”, comenta Boullier.

En Melbourne, Mclaren optó por continuar con los orificios además de presentar las zonas más sensibles con un escudo térmico. Sin rastros visibles y notables sobre estos problemas, finalizó el fin de semana con un quinto puesto para Fernando Alonso y un noveno para Stoffel Vandoorne. No obstante, el fin en esta ocasión no justifica los medios. Mclaren se encuentra fuera de sus objetivos, puesto que tanto Renault y sobre todo Red Bull no están a su alcance.

El equipo de Enstone le sobrepasó en clasificación dejándole eliminados en Q2. El margen se podría establecer en medio segundo respecto a Renault y de casi un segundo en comparación con Red Bull. La diferencia real se hace difícil de calcular por varias razones. La primera, las condiciones de pista. Tras la lluvia, el asfalto queda limpio de cualquier resto de goma que allanase su superficie con lo que el agarre fue cambiando a medida que la sesión clasificatoria del sábado iba avanzando.

Fernando Alonso a su vez, reconocía haber fallado en su última vuelta de Q2. Con lo que ese tiempo no debería ser tomado como referencia. En definitiva, quedar entre los cinco primeros actualmente queda complicado. A menos que tanto el equipo como los pilotos puedan sacar el máximo de sus bazas, además de que ocurran ciertos eventos en pista que les beneficie como aconteció en el Gran Premio de Australia, sobre todo con el Virtual Safety Car que permitió avanzar valiosos segundos en la parada de Alonso.

La estrategia ejecutada por el asturiano fue una vez más la misma, quedarse en pista a toda costa. Aunque, desde los inicios el punto de mira fue Max Verstappen. El holandés protagonizó un trompo en los primeros giros persiguiendo a Kevin Magnussen. Con este tiempo perdido más el daño en sus gomas, en Woking se frotaban las manos. Con Alonso por delante del piloto de Red Bull en el relanzamiento, pudo aguantar sus embestidas hasta el final. Estas escenas fueron una representación del objetivo de Mclaren:

“Basándonos en los datos, batallar con Red Bull. Pero durante el invierno no sabes lo que el resto está haciendo. Obviamente, tienen uno de los mejores chasis , hicieron mejor trabajo que nosotros”, añade Boullier al respecto.

Retrasos en las actualizaciones

Mclaren aterrizó en Australia con un monoplaza muy similar al que tuvieron en los test de pretemporada. Los contratiempos en el Circuit Barcelona Catalunya implicaron una pérdida que se tradujo en buscar soluciones para ésos, mientras urgía evolucionar una monoplaza rediseñado:

“Es una de las razones por las que no estamos donde deberíamos en un mundo ideal. Sobrepasamos los límites, subestimamos la integración del motor Renault y la energía necesaria para ello, por lo que no estábamos suficientemente preparados cuando llegamos a Barcelona. Eso no ha ocurrido hasta llegar a Melbourne”.

“Decidimos mantener la misma estrategia, pero cambiamos el motor. Todo lo que queríamos hacer, si hubiésemos permanecido con el mismo motor, lo hicimos”, agrega el dirigente.

Los cambios de planes han de ser reconducidos. Ergo, Mclaren tiene preparada una actualización prevista para la segunda cita en Baréin. Por otro lado, un nuevo morro como parte de una mejora mayor que tardará más en llegar. No obstante, queda para este caso cumplimentar los requisitos exigidos por la FIA en los crash test, por tanto el equipo ya traza su planificación para las dos próximas carreras:

“Los desarrollos deberían ayudarnos. Algunas piezas podrían no llegar hasta la carrera de China”.

“Alonso sabe que estamos volviendo, pero no tan rápido como queríamos como consecuencia del retraso por el problema de fiabilidad. Es cuestión de volver a aunarlo todo y no tener más retrasos. Intentar volver al calendario fijado y rendir por encima de nuestro presupuesto, sé que podemos hacerlo y lo demostraremos, en serio”.

“Creo firmemente que dándonos unas pocas carreras, demostraremos que somos el cuarto equipo. Simplemente tuvimos que retrasar la introducción de muchas novedades y ese es el problema que tenemos actualmente”, revela el francés.

Sin excusas

El jefe, en sus declaraciones a la BBC, no se antepone escudo alguno. Ahora, tal y como reconocía Alonso tras la carrera, poseen armas para luchar. Salir derrotados de estas batallas sería sinónimo de no haber hecho los deberes. El primer asalto con Renault está ganado. Aunque considerando las circunstancias descritas, Mclaren se ve por detrás:

“Enstone dio un gran paso, hay que explicarle a los lectores cómo funciona la F1. Enstone tiene más personal que nosotros en la actualidad. Es sólo una cuestión de ambición y recursos, no me escondo detrás de ninguna excusa. Simplemente hicieron un mejor trabajo”.

“Sabemos que podemos golpear por encima de nuestras posibilidades, no puedo prometerlo, no pondría las manos en el fuego, creo que os vamos a mostrar esto, es cuestión de juntarlo todo y de no tener más retrasos, de llevarlo todo al día, pero creo que vamos a golpear por encima de nuestras posibilidades, en serio”, concluyó para la cadena británica.

 

Imágenes: Sutton Images / Darren Heath