En este ‘desgraining’ llegamos a transitar la recta final llegando al presente que vive la Scuderia de Maranello y hoy nos dedicamos a la llegada del ‘Matador’ a Ferrari. Un viejo precepto dice: hay que conocer la historia para no estar condenados a repetirla. Quizás, estas líneas llegarán más allá de Italia y podrán dejar alguna enseñanza.

Campeón por unos segundos

Pasamos el título obtenido con Kimi y llegamos al 2008. En este año, Ferrari cambiaba nombre nuevamente: Jean Todt dejaba la dirección deportiva del equipo y sería sustituido por Stefano Domenicalli unos meses después. El francés también abandonaba el puesto de administrador delegado.

En pista, el duelo volvía a ser McLaren y Ferrari. Sin embargo, en lugar de Kimi se encontraba Felipe Massa y ya sin Alonso en McLaren, las bazas estaban puestas para Lewis Hamilton. El campeonato se definió en las últimas curvas. Por un ratito, Massa, que se había llevado la carrera, era el campeón. Sólo por ese efímero momento, ya que Lewis cruzaría la meta en el quinto lugar. Los 4 puntos eran los que necesitaba el inglés para alcanzar su primer título. Ese fue literalmente un mazazo para Felipe Massa, quien jamás volvería a tener una oportunidad como esa.

El tercer escalón del podio fue para el Ferrari del campeón 2007, Raikkonen. La suma de puntos ubicaba a Ferrari como la campeona del Mundial de Constructores

El matador

El 2010 comenzaba con una noticia más que impactante. Fernando Alonso fichaba para Ferrari. Su escudero sería un recuperado Felipe Massa. Otra vez, la escudería de Maranello apoyaba su futuro y performance deportiva en un campeón mundial.  McLaren ya no parecía el auto a batir y el último campeón del mundo de constructores, Brawn GP, había sido comprado por Mercedes. Las condiciones parecían hechas a la medida de los italianos. ¿Quién podría arruinarles la fiesta?

Desgraining: La llegada del 'Matador' a Ferrari

Un travieso germano

Pero, no habían en un joven alemán que, apoyado y contenido casi más allá de la lógica por su equipo, mostraba que convertía a la herramienta que le entregaban en algo casi imposible de derrotar. Como había sucedido a favor de Ferrari con el imperio Schumacher, ahora el poder lo compartían en Red Bull entre Sebastian Vettel, Adrian Newey, Christian Horner y Dieter Mateschitz.

Cuatro años con aroma de Salzburgo

Austria se convirtió en una barrera casi infranqueable para la gente de Maranello. En los cuatro años (2010-2013) en que la bebida energética impuso su ley, Alonso, por dos veces estuvo cerca de coronar sus sueños; por dos veces la última carrera no le brindó esa posibilidad. Esas fueron las temporadas 2010 y 2012 (justamente las pares). La suma en la diferencia de puntos a favor de Sebastián fue de 7. En la primera, casi la única posibilidad del alemán era la victoria, que logró. El natural de Asturias sólo alcanzó el 7mo lugar y debió resignarse a ser subcampeón. Dos años después, la diferencia fue menor, sólo 3 unidades. Pero en este caso, era Vettel quien llegaba con ventaja.

Sin lograr sumar victorias, la actuación de Felipe Massa poco pudo contribuir a que Ferrari, al menos, logre el campeonato de Constructores.

Los números fríos indican que Ferrari alcanzaría el subcampeonato en el 2012, debiendo conformarse en ser el tercer mejor team en los otros tres campeonatos. Las 11 victorias de Alonso se constituyeron en las únicas durante el dominio austríaco.

 

Imágenes: Scuderia Ferrari

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