Lewis Hamilton es una persona que nada más despertarse se hace 10 flexiones cuando la mayoría de los mortales se queda inmerso en el fantástico abismo de esa zapatilla tirada en el suelo durante un más o menos prolongado lapso temporal. Portada de la revista Men´s Health en su edición australiana, ha querido dejar unas palabras en las que echa la vista atrás a sus primeros años bajo la tutela de Mclaren en categorías inferiores:

“Me robaron la posibilidad de crecer naturalmente. No podía salir con mis amigos. Todo eran carreras, negocios y siempre en serio. Tienes que ser un cuadrado y encajar en una caja y la forma es aburrida. No haces nada más que vivir y respirar carreras. No te diviertes, no sonríes”

Férrea disciplina en la que se vio envuelto y que desde Woking imponía. En sus primeros años en la F1, veíamos a un Lewis Hamilton muy alejado de la imagen que actualmente muestra. Lejos de la extravagancia, rapado, sin lucir ni tatuajes ni cadenas de oro, y desde luego siempre ataviado con modelos que raramente se exhibirían en algún evento de alta costura. Sus inicios atento y aprendiendo de qué iba la película, qué se cocía en el Gran Circo.

La experiencia que fue cosechando en esta etapa, le sirvió para evadir un poco el marcaje la directiva de Mclaren. Poco a poco fue recobrando aquellos modos que nunca quiso abandonar, aunque todo se magnificó cuando Mercedes le puso en sus filas junto a Nico Rosberg ante la retirada del Kaiser, quien dejaba la F1 de manera definitiva. En Brackley le aflojaron la soga con el riesgo que ello conllevaba.

Motivo de muchas polémicas, tales como ausentarse en unos test en mitad de la temporada para acudir a un festival cinematográfico, le pusieron en el punto de mira de la gerencia de la marca de la estrella. Sus famosos viajes, la relación con distintas personalidades y su afición por el carnaval en Barbados materializan parte de su modus vivendi, del cual él opina:

“No creo que tenga una vida de playboy. No estoy menos concentrado que cualquiera de mis compañeros. Ellos viven una vida diferente, se van a casa y no se presentan en los eventos. Entreno tanto como ellos, tal vez más, pero hago esto, tengo mucha energía, entreno, viajo, aprendo sobre música y moda, leo mucho. Sólo quiero experimentarlo todo. Si puedo estar en el estudio con Jay-Z, con Pharrell, ¿por qué no voy a hacerlo? Me gusta estar cerca de la grandeza. Podría retirarme fácilmente, he logrado algo más de lo que jamás había soñado, pero sigo con hambre”

Cree poder compatibilizar su estilo de vida con las exigencias de la más alta competición del automovilismo, en la que actualmente pelea por el campeonato con Sebastian Vettel. Pugna por su cuarto título en su décima temporada en F1, habiendo igualado a su ídolo (Ayrton Senna) en número de campeonatos, aún no querría decir basta. Quiere continuar viviendo por y para las carreras, aunque no en el sentido más estricto de la oración.

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: Formula 1