El tetracampeón del mundo no añora las épocas de vacas gordas de Red Bull, sino que está concentrado en su actual estancia en Ferrari, donde disfruta de «poder pelear de nuevo por los podios, las victorias y los campeonatos». Sebastian admite que no sabe si habría podido erigirse campeón con el monoplaza de Hamilton, pues «nunca he estado en Mercedes, de lo que estoy seguro es de que aún no les he podido ganar con Ferrari». Vettel reconoce que Mercedes ha sido el mejor equipo de la temporada y Hamilton, el mejor piloto, lo que, unido a los errores cometidos a lo largo del año por parte tanto de Ferrari como del propio Sebastian les ha imposibilitado llevarse los entorchados hasta Maranello.

El de Heppenheim, quien se presentó a la pasada gala anual de la Federación Internacional del Automovilismo luciendo un llamativo bigote, quizá en apoyo al movimiento movember, como ya hicieron compañeros de profesión como Daniel Ricciardo en los pasados Grandes Premios, quizá síntoma de la relajación consecuente de las vacaciones invernales, ha confirmado que la Scuderia aún está muy lejos de el todopoderoso equipo alemán de las flechas plateadas, aunque el potencial de Ferrari en algunos momentos de la temporada, especialmente al inicio de la misma, pudiese presagiar lo contrario. Para afirmar esto, Vettel se basa en las estadísticas. El alemán considera que Mercedes dominó en carreras como la española o la rusa, mientras que en Ferrari, si bien consiguiendo un gran ritmo en varias citas, no llegaron al nivel de dominio claro.

Sin embargo, reconoce que estos momentos son complicados y que, según ha confesado en una reciente entrevista, desearía poder hablar con Michael Schumacher para que el piloto más laureado de todos los tiempos le pudiese aconsejar sobre Ferrari. Vettel confirma que se llevaba bien con el Káiser, a quien hecha de menos. Schumacher sufrió un grave accidente de esquí a finales de 2013, y desde entonces la información sobre él ha sido casi nula.

 

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