La solución a las escapatorias de los circuitos es un problema recurrente en la Fórmula 1, a la par que polémico. En los últimos veinte años se ha visto una gran evolución respecto a este tema, desde la gravilla y el césped clásicos hasta lugares como Paul Ricard donde todas son de asfalto, pasando por todo tipo de configuraciones intermedias con una gran variedad de pianos y moquetas de hierba artificial.

Y tras un Gran Premio como el de Mugello este tema vuelve a estar en boca de todos. En el circuito toscano el césped y, sobre todo, la gravilla están a la orden del día, penalizando a los pilotos que se salen de pista, como ellos mismos solicitan. Y es que en los lugares donde más allá de la pista hay dos metros más de asfalto se ha de imponer penalizaciones artificiales, como sensores que midan si los coches se salen de pista o sanciones de varios segundos cuando esto sucede para compensar el regreso a la pista de manera indemne.

Entonces, ¿por qué no recuperar las escapatorias clásicas en todos los circuitos? Bueno, no es tan fácil. En primer lugar, para cada tipo de curva la grava no tiene por qué ser lo más adecuado en materia de seguridad. Además, para los circuitos cuya mayor parte de los ingresos viene de los trackdays, por ejemplo, es mejor tener escapatorias de asfalto para que si un piloto amateur se sale de pista ello no suponga ningún problema.

Las posiciones de la FIA y de la GPDA al respecto

Esto mismo es lo que ha explicado Michael Masi, director de carrera de la Fórmula 1. “No podemos ponerlas en todas partes, no es una fórmula magistral adecuada a todas las pistas”, ha comentado. El australiano ha dicho que han de “hallar soluciones individuales para cada circuito y su promotor correspondiente”, y que es un tema que ya han debatido con los pilotos.

Estos, en boca del director de la GPDA (la asociación de pilotos de Gran Premio, por sus siglas en inglés) Sebastian Vettel, están a favor de que haya escapatorias inmediatas de grava que penalicen instantáneamente y no necesiten recurrir a amonestaciones artificiales, y que del mismo modo no sea “demasiado fácil” cometer un error. El tetracampeón del mundo propone una solución intermedia: una franja de grava contigua a la pista seguida después de la preceptiva escapatoria de asfalto. De esta manera se tiene la penalización natural propia de la gravilla con una zona de asfalto después más segura que permita que escapatoria sea más pequeña y el público pueda estar más cerca de la acción.

 

Imagen: @F1