Tras un fin de semana repleto de emociones, competición y mucho cansancio por tierras americanas, es momento de un análisis de la carrera de resistencia más emblemática de los Estados Unidos, en la que, por desgracia, no hemos tenido a ningún español en lo más alto, pero hemos podido conformarnos con el podio de Antonio García en GTLM con su Chevrolette.

La carrera, como no, dominada y vencida por los Cadillac DPI, dentro de lo esperado, aunque quizá no con el martillo esperado, ya que no tuvieron tan lejos a los LMP2, en parte por la igualdad de condiciones tras el BoP (balance of performance /equilibrio del rendimiento), pero también acentuado por la breve fiabilidad exhibida por los prototipos de Daytona.

El Mustang Sampling Racing, Cadillac DPI, vencedor intratable de las 24h. Fuente: MustangSamplingRacing.com

La victoria final para el Mustang Sampling Racing,  el Cadillac número 5, el cual estableció récord de distancia (738 vueltas y 4.486km), alineado por Filipe Albuquerque, Joao Barbosa y Christian Fittipaldi.

En cuanto a los españoles:

Fernando Alonso

Alonso, concentrado en una de las pausas entre tandas. Fuente: El Mundo

El piloto asturiano del United Autosports no ha tenido las 24h soñadas, aunque desde el punto de vista de aprendizaje, ha cogido un bagaje inmejorable, experimentando cualquier tipo de situación adversa que una carrera de estas características pueda prestar: tráfico intenso, lluvia, y averías, muchas averías. Era algo evidente que el equipo no estaría en la pelea absoluta por la victoria, pero dejaron atisbos bastante importantes de un ritmo merecedor de la lucha por el podio, sumándole una buena estrategia, consistente en alargar las tandas para minimizar el tiempo de pérdida en boxes.

Algo que permitió que viéramos a Fernando liderar la carrera de manera fugaz, lo cual le hacer haber liderado en menos de un año natural las 500 millas de Indianapolis y las 24h de Daytona, lo cual nos demuestra la clase de piloto que es, sea donde sea, esté donde esté.

La pesadilla del asturiano llegó en la madrugada. Tras haber hecho Lando Norris una espectacular tanda bajo la lluvia, que permitió a UMS estar en la misma vuelta del líder, llegó la catástrofe: una avería en los frenos dejaba a Alonso sin frenos en plena vuelta, a casi más de 300KM/h, provocando una reparación de 38 minutos, diferencia ya insalvable a las alturas de la competición. Al final, 38º posición individual de Fernando, 13º en la general de equipos, lo cual denota que el equipo ha sido capaz de sobrevivir en un mar de fallos técnicos, cogiendo mucha experiencia para próximas carreras de resistencia…¿Le Mans?

Fernando ha declarado que “lo mejor fue lo competitivos que nos sentimos, empezamos la carrera sin grandes esperanzas y de repente ganamos ritmo. Fue una gran sensación”

Antonio García

Antonio García, único español presente en el podio de algunas categorías. Fuente: Motorsport.com

Un año más para el madrileño al máximo nivel, saldado con un podio y otra gran actuación, aunque insuficiente para ganar en su categoría GTLM, dominada por los Ford GT  de Chip Ganassi, mítico equipo del certamen estadounidense.

Dani Juncadella

Juncadella, en uno de los “swap driver”. Fuente: LAT Images

La gran esperanza española contaba con un Oreca muy competitivo (nº 37), y con un line-up de lujo, Lance Stroll, Robin Frinjs y Felix Rosenqvist. Fueron candidatos reales al Top 5, pero, pese haber sido beneficiados por el abandono del Nissan DPI, la falta de fiabilidad mecánica impidió cualquier resultado exitoso.

Miguel Molina

Miguel Molina, en su Ferrari 388, liderando Daytona en GTD. Fuente: Motor.es

Tras su pole en GTD y un soberbio primer stint, ha sido claramente perjudicado por los gentleman drivers en su Ferrari 488, algo que le hizo caer hasta las 16ª plaza.