Esta es una pregunta que ronda la cabeza de muchos/as en estos tiempos. Mclaren se halla en una situación que pinta más de secuestro que de un mutuo acuerdo formalizado entre grandes firmas a nivel global, con ellos mismos asegurando tajantemente la valía del fruto de su trabajo y no así el de su proveedor de propulsores, es decir, Honda. Los de Woking fundaron su división para vehículos de alto rendimiento para la calle a finales de los 80, resultando ni más ni menos el Mclaren F1, lo más rápido que se podía vender en aquella época. Así debutaban ante el gran público como marca más allá de las pistas, no está nada mal.

Aquél homónimo a la categoría reina, era toda una obra de ingeniería, más parecido a una joya en todos los términos. En 1992 durante el Gran Premio de Mónaco se daba a conocer, por todo el marketing que entraña el principado francés no podía ser en otro lugar, claro está. Un chasis de fibra de carbono, inédito hasta la fecha en vehículos de calle, propulsado por un V12 de 6,1 litros de BMW lograba un hito en la historia: acercarse a la marca de los 400 km/h, en 390 se registró el récord concretamente. Materiales exóticos como el titanio, y el oro cubriendo el vano motor por sus propiedades termodinámicas, ayudaban a un peso contenido y que cada porción de caballaje se invirtiera en la ganancia de velocidad.

Seis años duró la producción de esta auténtica bala, a cuyo rendimiento acompañaba el precio como cabría esperar. La relativa libertad de los británicos para dar forma sus coches acabó en 1995, año en el que Mercedes entra en escena. El MP4-10 en los circuitos equipó el primer motor suministrado por los alemanes, era hora de recuperar el terreno perdido desde que Honda hizo sus maletas. Al otro lado, se trabajaba bajo la batuta de Mercedes para crear de nuevo un coche de alto rendimiento matriculable.

Así ve la luz el Mercedes SLR Mclaren, muy alejado de las pretensiones del F1. Más pesado, y con el motor por delante del conductor tendía a ser un Gran Turismo más que un hiperdeportivo. Con reminiscencias del SL de Mercedes, el primer concept fue presentado en 1999 lanzándose a producción cuatro años más tarde. Ocho cilindros con sobrealimentador daban vida a la segunda partida de Woking, equipando como novedad el sistema Brake by Wire tan típico en los monoplazas de hoy día además de alerón retráctil como el F1 de 1992. Sin ser un desperdicio ni mucho menos el medio millón de dólares de coste, 650 cv y los 350 km/h de velocidad punta lo atestiguan, cesó su fabricación en 2009 cuando los planes de Mercedes ya eran otros, el SLS AMG.

Mediante, el SLR tuvo ediciones especiales. Con especial interés en este caso a aquella que rendía tributo al corredor Stirling Moss. Disponible únicamente para los ya propietarios del modelo base, se conmemoraba la victoria del inglés en la Mille Miglia. En la contrarreloj italiana, Moss se alzó con la victoria en 1955 a los mandos del 300 SLR de la marca de la estrella. Una hazaña en la que además dejó para la posteridad un récord de velocidad media de 157,65 km/h. A la dupla ganadora de Stirling Moss y  Denis Jenkinson le siguió Juan Manuel Fangio 32 minutos más tarde con el mismo modelo. Motivos suficientes para rememorar dichos acontecimientos.

Historia aparte y recapitulando, que es gerundio, el SLR proveniente de la factoría de Mclaren marcó una línea siendo la última colaboración entre ambas marcas. Inician su propio camino en 2009 con el MP4 12C, superdeportivo puro de Mclaren con el cual reemprenden la marcha hasta nuestros días. Actualmente, el modelo P1 es parte de esta herencia y bagaje. Este sí que se acerca y se asemeja al F1. Una evolución llevada a cabo desde 2009 en el que se mezclan los grandes éxitos, lo mejor de la vieja escuela de los 90 con la base actual emanada directamente del MP4 12C y sucesores como el 650S.

El P1 se descubre en 2012 en París como un integrante más de la última generación de hiperdeportivos. Esta nueva cosecha lleva a la calle la tecnología híbrida enfocada al rendimiento en lugar de las emisiones. La propuesta de Mclaren equipa artefactos que vienen directamente de la Formula 1: DRS, KERS y baterías para el almacenaje de la energía eléctrica que lo alimenta. Más de un millón de euros y más de 900 cv en total, cifras que llevan a rozar los 400 km/h a pleno pulmón. Demuestra que Mclaren sabe de motores, y entonces por qué no lo hacen.

Primero, tras el más o menos breve repaso a la andadura de Mclaren en coches “de calle”, hay que aclarar que los motores usados desde el MP4 12C en adelante son obra de Ricardo Motors. Una empresa británica que lleva patentando desde comienzos del siglo XX. Igualmente, vemos que la tradición y ADN es distinta. Como buen fabricante inglés, ser “garajista” (término acuñado por Enzo Ferrari a los equipos de las islas británicas en los 60) es lo que le mueve:

“McLaren Automotive es una unidad de negocio diferente con algunos accionistas comunes con los que trabajamos muy de cerca. Su motor es un motor de McLaren, pero el equipo de F1 tiene un conjunto diferente de prioridades económicas y formas de ir a las carreras, de modo que no es una conversación que hemos tenido”

“¿Qué podemos hacer en diez años? Quién sabe, pero eso no es una conversación [por ahora]. No somos un fabricante de motores, somos un equipo de carreras y un constructor de automóviles”. 

Palabras de Zak Brown, actual CEO, para Autosport que reflejan lo expuesto anteriormente. Señala las prioridades económicas, aspecto muy importante en el día a día en Woking. La falta de sanidad monetaria, aliviada por Honda, hace que plantearse construir motores propios sea toda una quimera en el mejor de los casos. A corto o medio plazo es casi inviable afrontar tales costes, con ello el riesgo inherente de una falta de competitividad al menos en los inicios lo cual agravaría el asunto en gran medida.

Cambios de motorista a mitad de campaña, motores propios, son ideas que proceden del resultado de la reunión con Honda. Dinero sí pero rendimiento no, en resumen. Mclaren se ve relegado a las últimas plazas este año, cada fin de semana será otra vez una batalla por ver la bandera cuadriculada al final de cada entrenamiento, clasificación y carrera. Todos acusan directamente a los japoneses, y públicamente además.

Tras la tormenta desatada tras los test de pretemporada, Zak Brown parece querer encauzar todo. Apaciguar los ánimos como se pueda es la labor del líder, cuyas últimas declaraciones tienden a dar la mano a un fabricante con escaso crédito en la Formula Uno:

“Estamos muy abiertos con Honda. Estamos trabajando con ellos en lo que es la mejor manera de ser competitivos tan pronto como sea posible, y luego en última instancia para volver a nuestra meta de ganar el campeonato del mundo juntos, por lo que no ha habido una tensión real en la relación. Todas nuestras conversaciones con ellos han sido sobre cómo salir de esta situación en la que estamos”

 

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: F1Technical

Fuentes: Mercedes-Benz, Petrolicious, Mclaren Automotive