Está de moda, y lo lleva estando cinco años, desde su llegada a la Fórmula 1. El piloto que anda en boca de todos, que realiza las maniobras más atrevidas, que frena más tarde. Aquel capaz de desplazar a decenas de miles de compatriotas a los circuitos carrera tras carrera. A pesar de ello, Max Verstappen viene teniéndose que conformar con cruzar el primero la línea de meta tan solo dos o tres grandes premios por temporada, pues es lo máximo que le permiten sus monturas Red Bull. El holandés sabe que es uno de los pilotos con más talento de la parrilla, llamado a derrotar a Hamilton, pero es también consciente de que, al menos hasta ahora, el rendimiento del monoplaza austriaco no supone un arma con la que enfrentarse cara a cara al británico.

A pesar de ello, Max es agradecido con su estructura, que se lo ha dado todo (aparte del talento, claro está), y confía en que los de la bebida energética puedan proporcionarle una montura vencedora. «Por eso sigo en el equipo», ha comentado, «porque han demostrado que saben hacerlo». Pero Verstappen lleva esperando desde 2016, y estos últimos tres años el Red Bull ha sido un buen coche que, en determinados circuitos, se equiparaba en rendimiento a los Mercedes, siendo aquellos donde Verstappen o Ricciardo materializaban sus victorias. Es hora de dar un paso más, de obtener un coche competitivo en cada Gran Premio, y ya van cuatro temporadas en las que Max no dispone del mismo, y puede que esté empezando a cansarse.

Pese a admitir que no le da demasiadas vueltas a cuál será su futuro, sí se marca la primera parte de la próxima temporada como límite para decidir si continuar en Red Bull o buscar el éxito fuera, en base al rendimiento del futuro monoplaza de Newey y compañía. «Me queda un año de contrato aún, pero obviamente hay distintas vías a partir de entonces», ha declarado Verstappen, que considera que «lo importante es ver qué tenemos a principio de año y, a partir de ahí, ver qué pasa». Sin embargo, Max no tirará la toalla en caso de que en 2020 el Red Bull tampoco sea para luchar por el mundial, pues ha afirmado que «vamos a darlo todo».

Respecto a esto, el jefe del equipo, Christian Horner, ha declarado en la gala de la FIA que están trabajando al máximo para poder por fin cerrar el salto que les separa de Ferrari y Mercedes. Y es que, en caso contrario, además del simple hecho de no poder luchar por el título, habrían de asumir la casi segura salida de Verstappen, lo que sería un golpe similar a la marcha de Vettel hace unos años. El mercado de pilotos de 2020 a 2021 promete ser movido, pues tanto Verstappen como Vettel y Hamilton finalizan contrato. Lo que más se rumorea actualmente es que el británico podría acabar sustituyendo al germano en Ferrari, para que Verstappen acabase recalando en Mercedes. Todo ello ante un año revolucionario como el que será 2021.

 

Imagen: Max Verstappen