Si por algo se caracteriza el presidente no ejecutivo de Mercedes, Niki Lauda, es por siempre estar en el ojo del huracán con sus declaraciones, ya sea por su forma de ser, o por ser la vía de escape de todo lo que ocurre en el equipo de Brackley.

El ex-piloto siempre ha criticado por su mala gestión a Ferrari, ya que, según él, tenían “demasiados italianos” en el equipo rojo. Y esto, no ha pasado desapercibido.

Después de Australia y la victoria de Vettel, Lauda se volvió a pronunciar, y acusó al cambio de tendencia al nuevo director técnico, que según él no era italiano: “¿Consideras a Binotto italiano? En realidad es suizo y eso se nota. Ferrari funciona ahora porque hay un suizo que organiza a los italiano, él hace que funcionen, mientras que les deja libres para expresar su imaginación e ideas” apuntaba el tricampeón.

Estas palabras, no han quedado impunes, y este fin de semana, Sergio Marchionne, presidente del grupo Ferrari, ha respondido de una manera muy “a la italiana”. “No voy a hablar. Si lo hago, le insultaré y no quiero insultar a un amigo” afirmaba desafiante a un periódico de su país.

Esto solo puede indicar una cosa,  y es que empiezan a crecer las tensiones dentro y fuera de la pista entre alemanes e italianos, y esto irá a más si el nivel de ambos permanece a la altura.

Tan solo es un aperitivo de lo que puede ocurrir en los próximos meses, mientras que en Ferrari se mantienen esperanzados y con ilusión, en Mercedes se deja ver un cierto ambiente de miedo que se refleja en declaraciones como estas de Lauda, el cual dice añorar los tiempos (no tan lejanos) en los que las que las flechas plateadas dominaban de principio a fin.

 

Autor del artículo: Jorge Solana/@jorgeqeaf1

Foto: Crash.net