Liberty planea cambiar el formato de competición para rescatar aspectos clásicos de esta competición que se han ido diluyendo con la entrada de la nueva generación de motores. La era híbrida traía bajo el brazo un nuevo modelo de competición, las restricciones en cuanto a consumo de combustible más la necesidad de tener que contar con suficiente energía eléctrica han ido transformando las carreras. Agregándose además la gestión sobre los neumáticos, la degradación programada que poseían los Pirelli daba más severidad a este modo de competición. Realmente, rasgos característicos de carreras de resistencia cuando la F1 se basa en carreras al sprint.

Justo éste es el espíritu que Liberty quiere hacer regresar. Los planes de los norteamericanos pasan por cambiar la programación del viernes y el sábado. Actualmente existen 3 sesiones de entrenamientos, dos de ellas para arrancar el fin de semana. Dos sesiones de libres de 90 minutos de duración, Liberty quiere dos sesiones de una hora aunque con exposición de los monoplazas para los aficionados el viernes durante la inspección técnica. Un añadido para los fans que ve con buenos ojos Toto Wolff:

“No entendemos todo este juego del escondite por los coches. Hay miles de fotos en circulación. Es por ello por lo que podemos enseñar los coches”, comenta el austriaco para AMUS.

Para el sábado se suprimirían los libres 3, sustituyéndose por la clasificación actual (con sus rondas eliminatorias tal y como la conocemos ahora). De aquí saldría el orden de parrilla para el plato estrella que pretende ofrecer Liberty Media. Una carrera que determine la posición de salida para el domingo. Una carrera de 100 kilómetros de duración (más o menos una tercera parte de una carrera normal) sin limitación de consumo de combustible o neumáticos, sería una carrera 100% al sprint. Un formato parecido ya adoptan competiciones de turismos como el DTM alemán o la Blancpain:

“¿Por qué no recompensar con puntos por el resultado del entrenamiento? Entonces podría haber equipos buscando la vuelta rápida, reglando el coche acorde, y defendiendo sus posiciones en carrera”, agrega Wolff.

Un lavado de cara cuyo objeto es atraer a los aficionados, haciendo la competición más interesante agregando en la medida de lo posible algo más de tensión. Desde Mercedes, Niki Lauda en su lugar incide en la duración máxima de las carreras del domingo:

“¿Por qué no poner una duración máxima para las carreras? Digamos sobre 100 ó 90 minutos. Las carreras de dos horas en Singapur o Monte Carlo son difíciles de vender si no pasa nada en dos horas”, propone el ex piloto para la citada web.

Posibles controversias

A priori, esta reestructuración parece carente de potenciales desacuerdos. Sin embargo, para implantar esta idea podrían haber otros cambios en aras de llevar a cabo los planes de Liberty Media con éxito. En primer lugar, la eliminación de entrenamientos no será bien vista por algún equipo. Con las horas de test tan limitadas y la restricción normativa, el margen de maniobra se reduce al estudio del monoplaza en entrenamientos libres. En éstos, los equipos ruedan acorde a sus necesidades y a sus disposiciones.

Una carrera al sprint podría damnificar o mermar la vida útil de los motores. Las exigencias sobre los propulsores se incrementaría ya que deberán ser exprimidos en dos sesiones en un mismo día, para luego seguir en pista el domingo. De seguro, que con la limitación de tres motores de combustión que existe en este 2018, se verían penalizaciones muy frecuentemente o bien equipos realizando una estrategia más conservadora para no verse sancionados, con la consiguiente dificultad de conseguir sus objetivos.

Desde luego, quedan muchas piezas que encajar. No obstante, al tratarse posiblemente de una medida a medio plazo, aún se dispone de tiempo para negociar y acordar términos que den forma a una idea que de llegar a materializarse podría dar a esta F1 un ingrediente que ya perdió.

 

Imagen: Sutton Images