Pasado más de un mes de la vuelta del parón veraniego, Mercedes y Hamilton han logrado dar la vuelta completamente a la tortilla cogiendo la sartén por el mango. Como en 2017, el tropiezo en Monza ante la afición supone un mazazo moral del que lejos de recuperarse, se traduce en una colección de errores y estados mentales totalmente incompatibles con la competitividad. Más allá de otros aspectos que conciernen a la pura ingeniería, el muro ferrarista ha palpado una presión de la que no se ha podido salir o evadir. Los mismos medios nacionales del país transalpino añaden más carga en este respecto, muy difuso en la memoria queda el último título conquistado por Raikkonen en 2007 y muy nostálgica la era Schumacher con todos esos paraleslismos se han intentado meter con calzador comparando con la actual tras el fichaje de Sebastian Vettel en 2015.

Ferrari siempre tendrá el peso de ser el equipo más laureado de la Formula 1, un peso sobre sus hombros que se transforma en una obligatoriedad que deben lidiar frente a uno de los equipos más dominadores de la historia, como es Mercedes. Además frente a un piloto que no deja clavo sobresaliente cuando saca el martillo. Hamilton no solo libra su batalla contra el reloj, también sabe jugar con la moral de sus rivales y dar los golpes donde más duele. Esta determinación la lleva desarrollando desde su debut precisamente en 2007, cuando le tocó compartir garaje con el piloto del momento (véase Fernando Alonso).

A pesar de argumentaciones de esta misma índole y del acercamiento de Il Cavallino a la senda ganadora, los distintos medios italianos hablan de ruptura interna en Maranello, crisis, y señalan al piloto de Heppenheim como uno de los que han propiciado algunos errores:

“El alemán puso su propia carrera, arruinando la décima carrera de la temporada después de 8 vueltas, como si el desastre de ayer en la clasificación compartida con el equipo no fuera suficiente al elegir los neumáticos intermedios en una pista seca. El cuatro veces campeón del mundo fue convocado a un difícil regreso desde el octavo lugar, en una vuelta que había escalado a un paso de la zona del podio, haciendo uso de un contacto entre Verstappen y Raikkonen que le costó 5 segundos de penalización al holandés. Sin embargo, después del coche de seguridad (entró en la pista después de un accidente entre Magnussen y Leclerc), fue demasiado precipitado al intentar el ataque de Red Bull en la curva Spoon”, cita el diario La Stampa sobre el pasado GP de Japón.

“Sebastian Vettel agregó otro horror a su colección personal, larga, al destruir un comienzo fenomenal con un ataque nefasto a Max Verstappen después de que saliera el auto de seguridad.Es la fotocopia de los incidentes en Monza y en Le Castellet al principio , es un síntoma de la profunda ansiedad de un campeón del mundo confundido cuatro veces en una crisis de confianza”, agrega Il Corriere.

“Un error imperdonable para un equipo de esta experiencia y nivel, que confirma como la confusión comienza a hacer mella en Maranello. La situación empeora al término de la clasificación cuando el jefe de equipo, Maurizio Arrivabene, criticaba severamente esta decisión. Confirmando un clima un tanto tenso de cara a 2019”, pronuncia Gian Luca Gasparini de La Gazzeta dello Sport acerca de la clasificación en Suzuka.

Ante todo este revuelo, el tetracampeón reconoce que Ferrari ha puesto en bandeja un título que ya se da por perdido dados los discursos que emiten distintos miembros del equipo. Lewis Hamilton podría fulminar cualquier posibilidad matemática en Austin, convertiría así el final de 2018 en una auténtica penitencia para sus rivales:

“Obviamente aún queda una oportunidad, en las últimas dos carrera se lo hemos puesto muy fácil, pero también ellos han ejecutado bien. Necesitamos preocuparnos de nosotros mismos y poner de nuestra parte en las próximas carrera, y después veremos. De seguro que no ayuda si acabamos sextos y ellos ganan”.

“Creo que en las últimas carreras no estuvimos tan fuertes, y pienso que el hecho de que nosotros fuéramos mejor en carrera fue porque ellos no tenían que forzar”, comenta Seb para Motorsport.com.

Así pues, mientras que el pentacampeonato de Hamilton se encuentra cocinándose, el británico vía Instagram tiende su mano a Sebastian Vettel. Frente al aluvión de críticas vertidas desde los medios citados el piloto de Mercedes pide más respeto para su contrincante:

“Creo que los medios deberían mostrar un poco más de respeto por Sebastian, porque simplemente no pueden imaginar lo difícil que es hacer lo que hacemos a nuestro nivel. Y es algo que se aplica a cualquier atleta que llegue a las primeras posiciones de su disciplina “.

“Somos seres humanos, y como tales cometemos errores, pero lo que importa es cómo reaccionamos y cómo salimos de situaciones difíciles”, opina Lewis.

Desde luego que el panorama rosso dista mucho de lo que fue a comienzos de temporada, cuando sabían que las opciones eran reales y Mercedes no parecía la bestia que acostumbraba a ser. El desvanecimiento y el despertar de los sueños en Monza recuerdan más a épocas en la que los toros rojos eran el equipo a batir. Como si fueran cortados por la misma tijera, y tejidos por la misma madeja, Ferrari sigue siendo Ferrari para bien y para mal.

 

Imagen: Sutton Images