Michael Schumacher anunció en 2006 que se retiraba de la Fórmula 1 de forma definitiva tras darse un baño de masas en el GP de Italia de ese mismo año. Ese día, el alemán ganó la carrera y anunció su adiós frente a miles de tifossi. No obstante, finalmente Schumacher no pudo hacer frente al gusanillo de volver a la competición y decidió unirse a Mercedes en 2010.

El equipo Brawn se encontraba en problemas, Rubens Barrichello había decidido aceptar el reto de volver a hacer competitivo al equipo Williams, y Jenson Button pedía un aumento de sueldo que el equipo no podía garantizar, con lo que se fue a McLaren. La baja de Rubens había sido eficazmente resuelta haciendo un intercambio de cromos con la escudería de Grove fichando a Nico Rosberg, pero para suplir a Button necesitaban algo más, a un número 1.

Declaraciones de Nick Fry, anterior jefe de Mercedes

Según Fry estuvieron considerando muy seriamente la incorporación de Nick Heidfeld, que, a su parecer, no había estado rindiendo a un mal nivel, pero no cumplía tampoco con la idea de piloto que buscaban.

Un día Nick Fry estaba en un momento de descanso en un bar con Ross Brawn. Allí también estaba Michael Schumacher. Fry supuestamente le dijo:

“Es tu amigo, coméntale a ver cómo lo ve y luego ya veremos”.

Después de una breve conversación con Michael Brawn volvió con una amplia sonrisa diciendo que el alemán estaba dispuesto a hablar.

Finalmente, el regreso de Schumacher a la Fórmula 1 no fue para nada lo exitoso que se esperaba que fuera. Solo subió una vez al podio en Valencia 2012 y sus últimas temporadas se recuerdan por sus continuos errores y accidentes. Sin embargo, Nick Fry recuerda del alemán su gran disposición frente al trabajo:

“Para ser un millonario 7 veces campeón del mundo, no se lo tenía nada creído, no le importaba ponerse a trabajar durante 4 horas seguidas si así lo creía necesario”.

 

Autor del artículo: Daniel Ballarín

Imagen: Mercedes Petronas