A pesar de su historia relativamente reciente, el Gran Premio de China ha sabido regalarnos páginas muy interesantes en los últimos años. Hojeando los anales salta a la vista la edición número 4 donde el sorprendente rookie, Lewis Hamilton, llegaba con su primer “match point” en el bolsillo dispuesto a ganar el título.

 

Un paso atrás

La primera idea de traer la Fórmula Uno en China toma forma en los años noventa, cuando el gobierno asiático identificó en la zona próxima Zhuhai la sede adapta para construir el circuito. Tras aprobación unánime se inició la construcción del trazado en Tangjiawan Town en el norte de Zhuhai, provincia meridional de Guangdong a pocos kilómetros al norte de Macao.

Una vez terminado el circuito tuvo lugar una inspección de la FIA, que juzgó inapropiado el trabajo hecho y no dio licencia para competir. El gobierno asiático no desistió a la idea de tener una nueva carrera asiática en China, y fue cuando – gracias a la ayuda de los organizadores de Macao – tuvo éxito con su plan para traer una carrera en el calendario mundial en el año 2004.

Así fue cuando tras varias negociaciones en el año 2002 la dirección del circuito de Shanghái firmó un acuerdo de siete años con la FOM, para acoger el primer Gran Premio de China en la historia de la Formula Uno.

Desde el 2004 se disputaron 13 ediciones, y gracias a su entrañable layout hecho por curvas ciegas, cerradas y largas rectas conquistó casi de inmediato el favor del público y naturalmente de todo el Circus.

El Shanghái International Circuit fue teatro de algunos de los momentos más emblemáticos de la Formula Uno contemporánea.

Por ejemplo la última victoria de Michael Shumacher con Ferrari se concretizó justo en China, tras una lucha táctica con condiciones meteo adversas ganó la batalla con su rival Fernando Alonso.

En 2009 otra carrera con pésimas condiciones climáticas dio la primera victoria en Fórmula Uno al equipo Red Bull, tras una magnífica actuación de su piloto Sebastián Vettel que en aquel entonces tenía solo 21 años.

En la temporada 2010 recordamos el absurdo accidente de Sébastien Buemi con su Toro Rosso. En los libres 1 el piloto suizo pisa fuerte los frenos tras la larga recta de casi 1.2 Km y de repente sus suspensiones explotan, las ruedan se despegan y salen como una bola de cañón.

En la novena edición del Gran Premio de China del 2012 en el circuito de Shanghái el ganador fue el actual campeón del mundo Nico Rosberg. El alemán tras signar la primera poleposition de su carrera, el domingo se hizo con la carrera. Su coche llevaba el número 8 que según la numerología china representa la suerte.

Pero sin duda el acontecimiento que todos los aficionados de ese mundo recordamos con más interés fue en la temporada 2007, cuando el desafortunado epilogo de carrera de Lewis Hamilton fue el inicio del fin…

 

Un sueño roto…

A lo largo de aquella temporada en McLaren tuvo lugar una absurda guerra fratricida entre un doble campeón del mundo español y un fantástico rookie británico. Esa guerra en condiciones desiguales quitó al equipo británico la posibilidad de ganar el título con uno de sus pilotos, ayudando Ferrari a ganar hasta la fecha su último título pilotos con Kimi Raikkonen.

El sábado Hamilton fue el más rápido y con el tiempo de 1:35.908 se hizo con la poleposition, dispuesto a ganar la carrera y llevarse el campeonato en su primera temporada.

La carrera empezó con la pista mojada y los coches montaron neumáticos intermedios. Tras una salida limpia el inglés lideraba seguido por el finlandés, tercero Massa con el otro Ferrari y solo cuarto Fernando Alonso. En la primera parte de la carrera Hamilton empezó a rodar muy fuerte con un gran ritmo y poco a poco dejó atrás todos sus rivales.

De repente empezó a llover y los primeros 4 – entrando a boxes – mantuvieron el “calzado” intermedio informados vía radio de que solo se trataba de un chaparrón.

Mano a mano que iba secándose el circuito los neumáticos intermedios iban perdiendo eficacia y poco a poco desgastándose excesivamente. Lewis Hamilton empezó a sufrir tremendamente con una fuerte degradación que le impedía rodar rápido.

Inexplicablemente desde McLaren no llegaba la llamada a boxes y Raikkonen – con neumáticos en mejor estado – se acercó al inglés hasta adelantarlo y hacerse con la cabeza de la carrera.

Pero la verdadera pesadilla por Hamilton llegaba en la vuelta 30 cuando por fin su MP4-22 tomaba la calle de boxes. Con el neumático anterior izquierdo en las lonas el británico perdió el control del coche y fue cuando se enmascaró la tragedia.

Con un contravolante intentó corregir la dirección del McLaren acabando en la puzolana situada a pocos metros de los boxes. La escena fue dramática, el coche quedó enredado y Hamilton empezó a agitar los brazos para buscar ayuda. Las cámaras enfocaron Ron Dennis que con el mismo gesto desde el muro de boxes se desesperaba.

Mientras llegaron unos comisarios e intentaron empujar el coche que lamentablemente había sido engullido por aquellas “arenas movedizas” que poco a poco “tragaron” los sueños de gloria del inglés.

La carrera terminó con ese amargo epilogo para Hamilton que tras la victoria de Raikkonen y el segundo puesto de Fernando Alonso reanimó un campeonato casi decidido. El titulo se decidirá solamente en la última carrera de la temporada con otra lucha en el Gran Premio de  Brasil….

Pero esta ya es otra historia…como muchas de las que nos quedan por disfrutar.

 

Autor del artículo: Alessandro Arcari/@Berrageiz

Fotos: Getty Images