Who: Nelson Piquet, Alain Prost y Ayrton Senna

Where Alemania, Argentina y Brasil

When 1978, 1980 y 1984

What: Debuts

Esta historia nace, casi sin pensarlo, en el gran premio de Alemania de 1978. En lo que se constituye en la cuarta victoria de Mario Andretti con el fabuloso Lotus 79, un joven brasilero invierte algunos dólares para sentarse en la butaca del Ensign 22. La carrera no es mala, y el oriundo de Brasil, quien cuenta con solo 26 años debe desertar faltando solo siete giros para la cuadriculada en el Hockenheim. Su nombre,  Nelson Souto Maior. Pero para evitar ciertos roces familiares, corre con su apellido materno Piquet.

Pasa un año y medio aproximadamente. Nelson se hace fuerte como primer piloto de Brabham. Y ya intenta lo que muchos auguran, la obtención del campeonato mundial de pilotos. El campeonato de 1980 empieza el América del Sur, como es ya un clásico. Primero Argentina y luego Brasil, la comarca de Nelson. Es en esa primera competencia, bajo el sol de un Buenos Aires caluroso, es que un joven francés, de nariz ganchuda, bajo y flaco se sienta en el segundo McLaren. Lo logra gracias a sus pergaminos y a la incondicional ayuda de una empresa cuyos colores blanquirrojos son una seguridad económica. Corona esa competencia con un sexto lugar y el primer punto de su cosecha. Creo que lo conoce, pero si no, se lo presento, se llama Alain.

Cuatro años después, Nelson ya tiene dos campeonatos mientras que Alain se lamenta el haber perdido un título de forma increíble. El resultado, su vuelta a McLaren junto a Niki Lauda y tripulado un auto que haría historia: el McLaren MP4/2. Ya Argentina se autoimpuso un largo exilio con que el campeonato empieza en Brasil. Como en Alemania 78, un joven de Sao Paulo, de casi 24 años se sienta en un tosco Toleman. Los expertos en Karting dicen que hará grandes proezas en el automovilismo, sin embargo este primer desafío culmina con el retiro por rotura del turbo. Su nombre de pila: Ayrton.

Durante los ochentas, son los protagonistas de batallas épicas y de amores y odios encendidos. Son artistas del volante que pincelan cada maniobra en la pista. Fuera, y como consecuencia de la vida, se convierten en padres y tíos de la generación que los sucederá en los diferentes trazados alrededor del mundo. Dos, como viejos reyes, dejan sus lugares después de mil batallas. El primero, en el GP de Australia de 1991 con un cuarto puesto; el segundo, con un segundo lugar en ese mismo terreno, pero dos años más tarde.  El tercero, a guisa de un gran Aquiles, consume su breve vida coronada de glorias en una de las miles de curvas que su maestría dibujó, Tamburello.

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Autor del artículo: Edgardo Samuel Berg/@BergEdgardo

Imágenes: LAT Images