Tras una segunda mitad de la temporada en la que el equipo Ferrari ha dado un salto de calidad en cuanto a su rendimiento, monopolizando todas las pole positions desde Spa hasta llegar al Gran Premio de Estados Unidos y consiguiendo, al fin, victorias, el paddock empezó a sospechar. Se extendió la comidilla, especialmente fomentada por Red Bull, de que desde Maranello estaban cometiendo ilegalidades para obtener ese extra de potencia que, por fin, les había hecho competitivos. Los de la bebida energética llevaron hasta la Federación Internacional la sospecha de que Ferrari realizaba irregularidades con respecto al flujo de combustible que, especialmente en clasificación, aportaba al Cavallino Rampante esa punta de velocidad imbatible.

Pues bien, la FIA estudió la propuesta de Red Bull y emitió una aclaración del reglamento que, casualmente, ha coincidido con un bajón en el rendimiento de los monoplazas rojos. Si bien en clasificación se quedaron a escasas décimas de la posición de privilegio que ostentó Valtteri Bottas, en carrera pareció la Ferrari del inicio del año. Vettel arrancó realmente mal, con alguna deficiencia en su coche que le hizo carecer de competitividad y finalizó con una rotura de la suspensión trasera derecha pocas vueltas tras la salida. Pero lo extraño es lo de Charles Leclerc, quien con un coche en condiciones normales acabó a unos 40 segundos de la cabeza, mostrándose carente de ritmo desde el mismo inicio de la carrera y viendo desde (muy) lejos como los Mercedes y el Red Bull de Max Verstappen se batían el cobre.

Declaraciones cruzadas

El director técnico de Honda, Toyoharu Tanabe, considera que el escaso rendimiento de Ferrari se debe a una pérdida de potencia relacionada con el fin de una práctica irregular tras la aclaración de la FIA. Sin embargo, no puede garantizar que la pérdida de punta de velocidad se deba exclusivamente al motor, pues «no conocemos el drag de su chasis». «El ritmo suyo no fue bueno, ya fuera por el paquete aerodinámico, el motor o ambos», ha declarado el japonés, que desea esperar qué sucede en Interlagos y Yas Marina antes de hacer declaraciones más tajantes.

Desde la Emilia Romaña italiana, Mattia Binotto apunta a que la falta de rendimiento de Leclerc se debió a la vejez de su motor, con mucho kimometraje sobre sus pistones, y a que el equipo probó una configuración aerodinámica distinta que, a la postre, no fue tan rápida.

 

Imagen: Omar Álvarez