La imagen que da portada a este texto materializa a la perfección la temporada 2016 del piloto Daniil Kvyat. El fichaje de Sebastian Vettel por Ferrari en 2015 le abría las puertas de Red Bull para formar tándem junto a Daniel Ricciardo, a quien acabó superando en puntuación, si bien fue un año repleto de dificultades a nivel de fiabilidad para ambos. Las sensaciones no fueron precisamente de que el ruso había batido con claridad a la sonrisa eterna del ‘aussie’.

Llegados a 2016, la estrella emergente Verstappen continuó destacando en los inicios. Especialmente en el Gran Premio de Australia donde desesperó a Lewis Hamilton. Mientras, Kvyat no comenzaba con buen pie ya que un fallo eléctrico en Melbourne y una mala clasificación en Bahrein diezmó su carrera al tener que tomar la salida desde el puesto número 15, aunque salvó los muebles en parte acabando séptimo.

Shanghai le daría el último dulzor. En el trazado chino subió al podio con el alivio que ello suponía, pero no fue más que un oasis en el desierto que irá vagando desde ese entonces hasta ahora. Ese tercer puesto quedó completamente en el olvido tras los sucesos acontecidos en su país natal, siguiente cita en aquel campeonato.

En Sochi, corriendo en casa, se dinamitó definitivamente parte de su carrera. Marcó la carrera con un accidente en el que embiste a Sebastian Vettel por partida doble en la segunda y tercera curva. Condicionó la carrera al completo de todos, motivo por el que Ricciardo se pronunció lanzando un aviso a su compañero (a su manera por supuesto). Mensaje que anticipaba una de las bombas informativas del año: Verstappen se sube al RB12 de Daniil Kvyat del GP de España en adelante.

Un ejemplo de la contundencia en la toma de decisiones de Red Bull, empresa que es dueña de tu carrera y destino para bien y para mal dependiendo de los intereses de cada cual. La victoria conseguida por el holandés en el circuito barcelonés metió el dedo en la yaga. Es cierto que el piloto se encuentra con el doble abandono de ambos Mercedes y el pinchazo de Ricciardo, pero no es ni de lejos una insinuación de las posibles facilidades interpuestas en su camino. Su carrera con Raikkonen fue para enmarcar.

El resto de la temporada para Daniil solo tuvo un rayo de luz, en Singapur. Una buena actuación que sentaba bien a los ánimos, ya que en su retrovisor el ruso podía ver el ascenso de Pierre Gasly hacia la conquista del campeonato de la GP2 (con batalla hasta el final con Giovinazzi incluida). Volviendo a puntuar en el Circuito de las Américas, con carrera sobresaliente de Sainz mediante, la campaña finaliza en Abu Dhabi subido en bicicleta camino del box por falla mecánica. Había que acabar el año de infortunios, aunque no de la manera que él hubiera deseado.

Ya confirmado para este 2017 previamente, con Helmut Marko apretando las tuercas a Gasly (enviado a competir a la Súper Formula japonesa), era la hora de recuperar terreno perdido. Volver a constituir la moral: año nuevo, vida nueva. Sin embargo, sigue sin funcionar los buenos propósitos. El rendimiento del piloto no está a la altura de las circunstancias: incómodo con el coche, con serias dificultades para encontrar comodidad y solvencia por los reglajes, y lo que es aún peor: malos resultados. Esto es lo que en realidad molesta a Red Bull.

Marcha decimonoveno por detrás de Pascal Wehrlein (que pilota un Sauber, recordemos). Solo ha podido sumar 4 puntos. Para poner este dato un poco en perspectiva, Carlos Sainz suma hasta la fecha 48 además de ir recolectando con cierta regularidad. Ahora es el madrileño el que se marcha, anunciado por Renault para la próxima campaña aunque el contrato de Palmer parece haber sido un obstáculo para iniciar la andadura del español con los de Enstone.

Toca el Gran Premio de Malasia, tras abandonar Singapur con el Boomshakalaka de Sainz. Contrastando con los intentos de Kvyat para ganar posiciones que se quedaron en el muro durante la undécima vuelta. Se comunica que Pierre Gasly le sustituirá para la carrera en Sepang, nuevamente una situación que seguro le traerá recuerdos muy amargos. Los de Faenza no confirman una despedida definitiva de Kvyat, pero ya queda comprometido para el fututo. ¿Y ahora qué Daniil?

Primero, a corto plazo. Oficialmente citan para los próximos grandes premios, sin acotar nada en absoluto. Es un mero ejercicio de evaluación de cara al año próximo, un año de cambios en el que caminarán de la mano con Honda. Según Franz Tost, este cambio servirá para ver de qué es capaz el francés, quien viene desde Japón con un segundo puesto en el campeonato por tan solo medio punto a falta de una prueba.

Relevante sin duda este hecho, ya que Pierre Gasly podría regresar a la tierra del sol naciente para disputar en Suzuka el asalto hacia el título para el día 22 de octubre. Fecha que se interpone con el Gran Premio de Estados Unidos, no habría en principio nada que impida que Kvyat vuelva al STR12 en Austin. Las probabilidades del recién ascendido son cuantiosas en la Super Formula, sería un sinsentido dejarlas escapar sin más por querer contrastar su potencial.

Siendo una incógnita este posible quita y pon, mirar a 2018 es lo que corresponde para dar un poco de claridad a este respecto. Las puertas de Red Bull se le cerraron completamente, en las de Toro Rosso se encuentra más fuera que dentro, Force India tiene su dupla por lo que se mira a Williams. Cuando Felipe Massa “se retiró” en Interlagos, un flujo de información apuntaba a que Kvyat ocuparía su lugar. La marcha de Bottas y la entrada de Stroll creaba más variables que finalmente permanecieron inmóviles.

Felipe Massa será pieza clave en Grove, el brasileño no ve motivos para irse pero su asiento es el más jugoso. Robert Kubica, Palmer y Di Resta pueden pugnar por ello. Muchos nombres y pocos lugares, con que se sigue mirando a Faenza con esperanzas, ya que Sainz hará las maletas en breve por un año dejando su vacante. Aunque por otro lado tenemos a Sean Gelael, cocinándose aún. Al igual que la comida rápida que sirven en la cadena de restaurantes en franquicia KFC, de la cual su padre está al cargo en su país natal.

La experiencia de estos años en F1 puede ser lo que le salve para 2018. Su panorama no pinta bien, y su relación con Toro Rosso puede estar muy desgastada. Tal y como mostró Marko en Austria y ahora Franz Tost incluso en el comunicado oficial de Pierre Gasly donde abiertamente expresa:

“Por varias razones, algunas de ellas se deben a problemas técnicos, otros a errores propios, Daniil Kvyat no ha mostrado su verdadero potencial hasta ahora este año, por eso le sustituimos para las próximas carreras”.

Incertidumbre desde luego, es factible su continuidad aunque el desgaste en las relaciones sea palpable, y es por esta razón por la que decida irse hacia otro equipo (si hubiere posibilidad tal y como hemos citado). A merced de las decisiones de Red Bull, ni más ni menos.

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: @F1