Ferrari estaba escondido… o mejor dicho, Vettel, que ha enmudecido el Gilles Villeneuve con el récord de la pista en un trazado técnicamente territorio Mercedes, que ha tenido a Bottas como referente mientras Hamilton faltaba a su infabilidad como hombre decisivo en la Q3.

Red Bull lo ha intentado, pero el déficit de potencia ha lastrado sus opciones de pole, aunque en los dos primeros sectores estaban muy cerca de los mejores, y así lo ha podido comprobar Verstappen, que se ha colado 3º con una gran vuelta, y con la gran realidad de haber dominado todas las sesiones de entrenamientos, pero sin ese botón mágico que añade décimas al monoplaza de donde no las hay, y eso en Renault no existe por el momento.

Los españoles, como la noche y el día, con un Sainz en Q3 y Alonso, cerrando la Q2 junto a Vandoorne, ambos a 0,8 de Renault con el mismo motor, y ahora que tenga alguien valor de echarle la culpa a Honda, con la clarividencia de que el chasis de Mclaren está muy lejos de darle Alonso algo decente, ni con el respiro del 300 GP, que, o es enmendado en carrera o dejará un sabor muy amargo para tan dulce y redonda cifra.

Quien sigue sin levantar cabeza, Romain Grosjean, que no ha podido superar los 10 metros en la Q1, viendo como en la misma salida del box ya dejaba un rastro de humo que hacía temer una rotura de motor, algo que se añade a su registro de la mala suerte y que pone en entredicho, aunque de manera puntual, la brillante fiabilidad que atesoran las unidades de motor que suministra Ferrari.

Leclerc, una vez más sorprendiendo, quedando por delante de los Mclaren, con basta diferencia sobre Ericsson y dejando por delante una proyección brillante, que sin duda es pronto para juzgar. Los Williams, hundidos en una espiral de la que tardarán en salir… y más en circuitos donde la tracción sea tan crucial. Bien por Force India y Renault, colando a sus dos pilotos en Q3, con opciones a puntos claramente, dosis muy necesaria para los de Silverstone…

Imagen: F1