Ya tan solo restan dos meses para la clausura del campeonato 2017 en Abu Dhabi. Con el fin de campaña encaminado los equipos se disponen a dedicar parte de sus esfuerzos en dar vida a las máquinas del próximo año. En los inicios de estas tareas, Mclaren aún no contaban con el sí rotundo de Renault por la dificultad en las negociaciones que se han mantenido entre Toro Rosso, Honda y el suministrador de Enstone.

Esta demora ha implicado diseñar el Mclaren de 2018 basado en la unidad de Honda, ya que los monoplazas se basan de esta forma. Ahora, en Woking deben de recuperar un tiempo perdido que Eric Boullier cuantifica en dos semanas. En la factoría británica tienen que rehacer, volver sobre sus propios pasos para no comprometer su andadura la próxima temporada:

“Obviamente es un reto. Ahora tenemos que trabajar diría que las 24 horas del día, los 7 días de la semana para recuperar el par de semanas cuando la decisión ideal podría haber sido tomada. Pero dos semanas son recuperables”.

“No comprometerá en nada el próximo año. Por supuesto, no tenemos la misma experiencia que algunos de los clientes, por lo que tenemos que descubrir el paquete. Pero, creo que podemos confiar en nuestros ingenieros para que hagan un buen trabajo y dos semanas son recuperables, pero esto va a ser una gran carga de trabajo y estoy contento de ver que hay mucha energía dentro de Mclaren para intentar recuperar tan rápido como sea posible”, afirma Boullier.

Si ayer desde Honda afirmaban que Mclaren no se adaptaba a los cambios, esta podría ser una muestra de lo erróneo o acertado de las afirmaciones del actual proveedor. Solventar este contratiempo requerirá centrar muchos recursos en la fábrica mientras en la pista tratan de acabar lo mejor posible ya no solo una temporada, sino un ciclo:

“Todavía no estoy centrado en el próximo año. Tenemos que disputar más carreras hasta acabar la temporada. No voy a renunciar a nada este año. Lo daremos todo para avanzar hacia delante”.

“Pero estar en la pista es una cosa y estar en casa es diferente. En Woking ya miran hacia el futuro, obviamente tenemos mucho trabajo, aunque cuando estás aquí en la pista tienes que lidiar con la realidad y con lo que tenemos en 2017”.

“Ahora hay que mantenerse concentrados, es un nuevo desafío, un gran reto. Todo el mundo ahora está decidido, diría que no dejamos nada atrás. Solo hay una dirección”, explica Boullier para Motorsport.com.

La base del monoplaza de 2018 llevará el ADN del MCL32, a lo largo de la temporada ha mostrado ser competitivo a nivel de chasis y aerodinámica aunque con una paupérrima unidad de potencia, para bien y para mal. El potencial real de este chasis no podrá ser medido ya que no ha contado con un gran despliegue en la parte trasera que lo retuerza y lo exprima:

“Solo implica incrementar la carga de trabajo para asegurar el poder recuperar, y una vez que recuperemos volveremos a la forma habitual de trabajo y tenemos hoy un proceso diferente de trabajo, porque el coche del próximo año, a pesar del cambio de unidad de potencia, es una evolución por lo que no habrá revoluciones. Esto no cambia la manera en la que trabajamos”, concluye el director de Mclaren.

Por otro lado, el avance durante los grandes premios ha sido muy positivo. Ello es fruto del rodaje y la experiencia recabada mediante datos que faltó en pretemporada. Si la fiabilidad acompaña a la nueva unidad de Renault hasta el nivel de permitirle acumular kilómetros, puede que no quede ni rastro de estas dos semanas perdidas que señala Boullier para ESPN.

 

 

 

Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333

Foto: Diario As / Getty Images